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Europa, a punto de reescribir las reglas de Internet

  • Amazon, Google y Meta se enfrentan en Europa a la posiblemente mayor regulación de su historia
  • La UE trabaja en leyes actuales y futuras para reducir el poder de estos grupos en nuestra vida
  • ¿Qué condiciones piensan ponerle a las Big Tech y cómo afectarán el uso de la tecnología?

Aunque demasiado a menudo lo olvidamos, lo cierto es que Internet no siempre fue como la conocemos hoy en día. Su desarrollo está plagado de todo tipo de mejoras y retrocesos, y siempre limitado por las normativas vigentes. Partiendo de esa base, no podemos perder de vista que una serie de procesos legales que tendrán lugar en las próximas semanas llevan a pensar que Europa está por reescribir las reglas de Internet. Sí, otra vez.

El caso es que por estas horas entra en vigor una ley que modificará Internet para siempre, al menos en Europa. Hablamos de la Ley de Mercados Digitales de la Unión Europea, una nueva legislación que tiene como objetivo impedir que surjan monopolios tecnológicos como los actuales y que acumular tanto poder sea imposible.

En resumen, se espera que estas disposiciones obliguen a Amazon, Google y Meta a hacer que sus plataformas sean más abiertas e interoperables en 2023, evitando que se cierren sobre sí mismas y restrinjan el margen del usuario. Pretenden, sus creadores, que la libertad de acción en dispositivos y aplicaciones sea mayor que nunca.

La UE, pionera en la regulación de las Big Tech

Independientemente del tiempo que demore en implementarse en la práctica esta normativa, éste es otro recordatorio de cómo la Unión Europea está varios pasos por delante de los Estados Unidos en la regulación de las Big Tech.

Un artículo publicado hace unos días en Wired aborda esta situación e intenta aclarar algunos asuntos y cuestiones que probablemente llamarán la atención de los internautas, respecto de cómo les afectarán dichos cambios.

Gerard de Graaf, un funcionario continental que fue clave para la aprobación de la DMA a mediados de este año, trabajará en su propia oficina en los Estados Unidos para evaluar y difundir el impacto de la ley en las Big Tech.

«Esperamos que las consecuencias sean significativas«, dijo en relación a las consecuencias que deben afrontar estas firmas hasta ahora intocables, en lo que él denomina será «abrir sus jardines amurallados» o Walled Gardens.

«Si tienes un iPhone, deberías poder descargar aplicaciones no sólo de la App Store, sino también de otras tiendas de aplicaciones o de Internet«, ilustró el directivo en lo que consideran será una Internet más plural, dispuesta a que los actores secundarios se vuelvan protagonistas, por ejemplo con recibiendo mensajes de Telegram o Signal.

La adecuación, a largo plazo

Aunque esta entra en vigor ahora, las plataformas tecnológicas no tienen que cumplirla de inmediato, por supuesto. Antes, la UE tiene que establecer qué empresas son lo suficientemente grandes y están lo suficientemente arraigadas para ser clasificadas dentro de las que deben adecuarse a las reglas más estrictas. De Graaf espera que sean cerca de una docena las compañías que sean incluidas en este gran grupo de monopolios.

Los representantes continentales son conscientes de que se ganarán una ola de juicios en contra por estos nuevos reglamentos, y justamente por eso es que se ha desplazado hasta California para ayudar a dejarle en claro a los gigantes de Silicon Valley que las normas han cambiado y que hoy no tienen ninguna otra opción posible.

«El mensaje clave es que las negociaciones terminaron, estamos en una situación de cumplimiento«, afirmó.

Otras leyes venideras

Las tecnológicas pronto tendrán que lidiar con una segunda ley de la UE, la Ley de Servicios Digitales, relacionadas con evaluaciones de riesgo de algunos algoritmos y divulgaciones sobre la toma de decisiones automatizada, la cual podría obligar a las aplicaciones sociales como TikTok a abrir sus datos al escrutinio.

Esa ley, al igual que la anterior, se implementará por etapas, y se supone que las plataformas en línea más grandes tengan que cumplir a mediados de 2024, si bien los plazos están supeditados a que se incorporen ciertas reglas concretas en torno al uso de la Inteligencia Artificial incluso prohibiendo una que otra utilización de la misma.

El citado experto ha sido crítico en intervenciones recientes, al argumentar que la falta de una regulación firme puede socavar la confianza del público en la tecnología, y cree que si no se transparenta la adopción de avances como la Inteligencia Artificial, los consumidores acabarán alejándose de ella para resguardar su seguridad.

Con hincapié en los menores

Amén de ello, otra preocupación de los especialistas es contar con leyes orientadas a saber cómo las empresas usan los datos que recopilan sobre los niños. Algo lógico dada la incertidumbre que tienen los padres cuando sus hijos permanecen muchas horas frente a las pantallas, en muchos casos sin estar al tanto del riesgo que corren.


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