Revuelo en la política de acceso a internet en Estados Unidos tras la salida de Evan Feinman del Programa de Equidad, Acceso e Implementación de Banda Ancha (BEAD). Este programa, que cuenta con un presupuesto de 42500 millones de dólares, tenía como objetivo llevar el Internet de alta velocidad a zonas rurales, priorizando la fibra óptica. Sin embargo, tras su salida, el nuevo Secretario de Comercio, Howard Lutnick, ha manifestado su intención de eliminar la preferencia por la fibra óptica para dar paso a opciones como el internet satelital, en particular el de Starlink, la compañía de Elon Musk. Lutnick ha argumentado que la anterior administración no logró conectar a nadie y ha criticado las regulaciones que, según él, favorecían a ciertas tecnologías.
Feinman, antes de dejar su cargo, advirtió a su equipo sobre los cambios que podrían producirse. En un correo electrónico filtrado por ProPublica, expresó su preocupación de que la nueva administración reduzca el número de hogares conectados mediante fibra y aumente la dependencia del internet satelital. Su principal inquietud es que esta decisión podría afectar negativamente a las zonas rurales y terminar beneficiando económicamente a Musk, quien ya domina el mercado del internet satelital.
La postura de SpaceX sobre la regulación del internet satelital a nivel mundial.
SpaceX comenta que en determinados países sufre barreras regulatorias que dificultan su expansión. Según SpaceX, muchas de estas regulaciones están diseñadas para proteger a los proveedores tradicionales de internet y encarecen artificialmente el acceso a su servicio.
Estas barreras vienen sobre todo por los costos de importar terminales Starlink a esos países. Mientras que en Estados Unidos no hay aranceles para productos extranjeros, algunos gobiernos han impuesto tarifas elevadas a los dispositivos de Starlink, encareciendo su servicio en esas regiones.
La empresa sostiene que estas normativas fueron creadas bajo la suposición de que el internet satelital solo requeriría unas pocas terminales, cuando en realidad su modelo de negocio requiere distribuir millones de unidades. Según su argumento, si las tarifas continúan aplicándose por terminal en lugar de utilizar un esquema más flexible, la expansión de Starlink quedará seriamente limitada.
Actualmente, aunque el internet satelital ha avanzado en los últimos años, aún tiene desventajas frente a la fibra óptica. Aunque Starlink ofrece velocidades aceptables, sigue siendo más costoso y presenta latencias más altas. Por ello, la preocupación de Feinman no es infundada: si se abandona la infraestructura de fibra óptica en favor del satélite, a largo plazo, las comunidades rurales podrían terminar con una conexión de menor calidad y a mayor precio.
Musk sigue impulsando sus proyectos espaciales
Por otro lado, Elon Musk aseguró en X que SpaceX enviará un robot Optimus a Marte en su nave Starship para 2026. La afirmación ha sido recibida con escepticismo, ya que la nave sufrió múltiples fallas en sus pruebas de lanzamiento. Musk ha insistido en que los primeros aterrizajes tripulados podrían ocurrir en 2029 o 2031, dependiendo de los avances tecnológicos.
Tesla en problemas
En cambio, Tesla no tiene buenas expectativas en Alemania, muy diferente a Estados Unidos con el apoyo de Trump. Las ventas han caído drásticamente en los últimos años y una reciente encuesta reveló que el 94% de los alemanes no considera comprar un vehículo de la compañía.
En 2024, sus ventas se desplomaron un 41% en comparación con el año anterior, mientras que la adopción de vehículos eléctricos en el país creció un 27%. En 2025, la situación aún empeoró más, con una caída del 70% en los primeros meses del año.
Las razones detrás de esta debacle parecen ser el aumento de la competencia con fabricantes europeos y los problemas que ha tenido Tesla en la producción con la nueva versión del Model Y. Pero también por la imagen de Musk que tiene en Alemania.
El declive de Tesla en Alemania muestra que la influencia de Musk no siempre es un activo para sus empresas. Aunque algunos inversionistas esperan que el nuevo Model Y ayude a recuperar ventas, el problema parece ser más profundo. La caída en la demanda del Model 3 indica que la compañía enfrenta una crisis de reputación que no se resolverá solo con nuevos modelos.