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Instagram, Influencers y TikTok

A día de hoy, no es raro tener una cuenta abierta en alguna red social. Bien sea Facebook, Instagram, o incluso el recién llegado a la familia TikTok que tanto furor está causando sobre todo entre la gente joven. Las redes sociales conviven en nuestra sociedad, en nuestro día a día, y eso es un hecho que no podemos obviar. Incluso, hay estudios que dicen que de media, un usuario pasa entre cinco y siete horas en las redes al día, lo cual hace muy consistente el hecho de que una parte de nosotros confluye en ellas. Antes de pasar por los puntos de vista beneficiosos o perjudiciales que podemos observar a simple vista sobre las redes sociales, vamos a prestar especial atención a algunas de ellas en concreto, y a las personas que trabajan para ellas. En este caso hablaremos de Instagram, TikTok, y los archiconocidos influencers.

Existe una comparativa entre TikTok e Instagram muy interesante, ya que estas dos plataformas se están imponiendo sobre las demás. Gran parte del éxito de TikTok se debe a que, durante estos meses que hemos estado en casa, la plataforma nos sugería retos de vídeos haciendo bailes, challenges, e incluso doblajes, que hacían de nuestro tiempo algo más ameno. Cabe destacar que esta plataforma es muy utilizada por la Generación Z, y además, casi el sesenta por ciento de los contenidos y cuentas pertenecen a mujeres. Por otro lado, Instagram, la red social que a lo largo del tiempo ha perdurado más en el top de las redes sociales, es consumida a día de hoy por un público mucho más amplio y es que Instagram también es usado por los más ricos del planeta. Una de las cuentas que más son seguidas son los de las grandes figuras del deporte. Jugadores de fútbol como Piqué, que tras una temporada en la que las casas de apuestas daban por hecho la victoria del Barcelona, el jugador no ha publicado ninguna foto victoriosa. Lo que es seguro es que presumirá y dará a conocer cómo serán sus vacaciones durante este año.

Además, Instagram se utiliza tanto como herramienta de ocio, pero también, y cada vez más, se utiliza como herramienta de aprendizaje y de transmisión de conocimientos. Y a parte de estas dos utilidades claramente podemos ver que en los últimos años Instagram también ha sido utilizado por empresas y pequeños negocios como una herramienta de marketing, publicidad, e incluso de compra-venta. No es extraño a día de hoy que nos aparezcan anuncios que nos lleven a páginas web dónde comprar ciertos productos. Y es aquí donde el rol de los influencers ha destacado. Los influencers nacieron como un arquetipo de Internet que podríamos definir como ‘persona que destaca en las redes sociales por su estilo de vida, pensamiento, y acciones que nos muestran en las redes’. A día de hoy, esta definición se nos puede quedar un poco corta, ya que, debido al uso más enfocado a la economía que se le puede dar a Instagram, gran parte de los influencers han tomado esta vía y ahora se dedican a promocionar ciertas marcas y productos, de los cuales se llevan un porcentaje. Así bien, los influencers no sólo se dedican a publicitar productos por Instagram o a hacer campañas, aún queda un reducto de este grupo de personas que optan por utilizar la plataforma como medio de divulgación de información, en pro a un uso más educativo de la misma. Así que, a fin de cuentas, tendríamos dos vías de entender este rol en muy grandes rasgos: la económica o la educativa, y al final, recae en las necesidades y preferencias del usuario consumir un tipo de contenido u otro.

móvil en mano

Ahora bien, después de haber atendido a las características generales de estas dos redes sociales, y de haber conocido un poquito más como es el mundo influencer, hay que mencionar qué nos aporta el consumo de las mismas. Desde el punto de vista del creador puede ser algo difícil de gestionar emocionalmente. En un artículo para la revista Verne, una creadora de contenido de la época inicial del boom de las redes sociales conocida como Inesmellaman, nos explica muy bien cómo es este proceso para algunos creadores de contenido. En este artículo, la famosa YouTube nos habla de los procesos emocionales que ella vivió durante su paso por la plataforma. Comenta que, como muchos compañeros de esta primera generación de youtubers, conoció sentimientos que van desde la euforia hasta la ansiedad. Al final terminó por cerrar su canal de Youtube por un cúmulo de razones: pérdida de control del contenido por agradar a una mayoría, miedo a no complacer a sus suscriptores, la percepción propia de los comentarios, etc. Recalca algo que debería ser de obligado cumplimiento en Internet, y es que dice que “debemos aprender a relacionarnos con nuestros yoes digitales”. Así que, aunque estos creadores de contenido nos muestren solamente la parte bonita de sus vidas, gracias a testimonios como éste, podemos observar que también existe un lado oscuro detrás de sus pantallas.

Pero atendiendo más en profundidad a lo que nos concierne como usuarios, podríamos decir que las redes sociales han jugado muy a nuestro favor estos últimos meses en los que la distancia social ha sido algo a lo que nos hemos tenido que enfrentar. Nos han ayudado a mantenernos cerca de algún modo de nuestros seres queridos, así como a conocer todo lo que estaba pasando. Esta última parte sobre la información se puede entender como un arma de doble filo, ya que aunque muchas veces las redes sociales sean una herramienta para informarnos, hay muchos estudios que abalan que las redes sociales conllevan a la sobreinformación y a la sobreestimulación, provocando incluso en algunos casos estados de estrés, ansiedad y depresión.

En resumidas cuentas, las redes sociales nos aportan muchas cosas, pero debemos ser nosotros como usuarios los que hagamos autocrítica y decidamos qué cosas tomar y hasta cuánto tiempo debemos pasar en las redes sociales para no recaer en malos hábitos y en malas gestiones emocionales.


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