discos duros falsificados

Cómo detectan los discos duros falsificados y qué hacer antes de comprarlos

Sigue en aumento la venta de discos duros falsificados y ya no se limita a aisladas estafas. Los estafadores han afinado su método reemplazando etiquetas, modificando embalajes y manipulando los datos visibles para el comprador, de modo que un producto alterado puede aparentar ser un disco de alta capacidad y velocidad, destinado a videovigilancia o NAS, pero realmente no serlo.

Pero también existen muchos casos en que los discos son extraídos de equipos que han tenido un uso intensivo, a veces para minería de criptomonedas, que luego son reacondicionados y revendidos como unidades nuevas y “sin uso”. Un precio muy alejado del habitual -por ejemplo, un disco de gran capacidad a menos de la mitad del coste esperado- debe activar las alarmas. Además de la manipulación externa, los estafadores recurren a cambios de firmware y a la alteración de los registros internos para que herramientas de testeo de discos duros no detecten la trampa.

Cómo verificar un disco duro falsificado

Si compró un disco duro, incluso en una tienda fiable- conviene inspeccionarlo metódicamente. La caja debe llevar la etiqueta original del fabricante y el número de serie tiene que coincidir y poder validarse en la web del fabricante.

Tip: Revisar la fecha de fabricación. Una unidad “nueva” con una fecha muy antigua puede haber sido manipulada o almacenada largo tiempo antes de ser revendida. Por lo general, no tendrá más de 6 meses de antigüedad. También comprobarlo en la etiqueta física, ya que los datos SMART, antaño un recurso útil para conocer horas de uso, pueden haber sido alterados.

Capacidad real y pruebas

Los estafadores no se conforman con vender unidades con horas de uso. A menudo venden discos de baja capacidad con firmware modificado para que informen una capacidad superior. Copiar unos gigas de datos y verlos en el explorador no garantiza nada; lo que sirve de verdad es una prueba que escriba y lea sectores distribuidos por toda la capacidad anunciada.

Existen herramientas diseñadas para seleccionar bloques al azar y verificar escritura/lectura -como SpinRite para HDDs y SSDs, y ValiDrive para almacenamiento USB-, lo que pueden revelar que una unidad de, digamos, 1 TB pretende ser de 4 TB. Este tipo de test, aunque algo más técnico, es la manera más fiable de detectar la estafa sin fiarse únicamente de etiquetas y números.

Y, aunque existen ya sabemos que no son fiables las utilidades que permiten cotejar registros propietarios con los datos SMART para señalar sospechosas diferencias, conviene igual usarlas para combinar varias verificaciones -chequeo de embalaje, validación de serie, lectura de datos internos y pruebas de escritura aleatoria-.

Dónde comprar y qué medidas tomar antes de cerrar la compra

Evitar anuncios con precios irreales es la regla número uno, pero no la única. Comprar a vendedores autorizados reduce el riesgo, aunque no lo elimina por completo porque incluso ha habido casos en que la cadena de suministro se vio comprometida y socios confiables llegaron a distribuir unidades manipuladas sin saberlo.

Por eso, además de optar por vendedores con reputación contrastada, conviene exigir comprobaciones y conservar el embalaje y las pruebas de compra. Si el vendedor ofrece la posibilidad de validar el número de serie con el fabricante o acepta devoluciones tras la verificación técnica, mejor.

Por último, si algo no cuadra, devuelve o reclama. El coste de no hacerlo puede ser la pérdida de datos o la necesidad de reemplazar la unidad más pronto de lo esperado.


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