Montar un cine en casa es un proyecto apasionante. La elección de los altavoces frontales, el ajuste del subwoofer para que retumbe con precisión y la configuración del receptor AV se convierten en un ritual. Sin embargo, detrás de ese cine en casa, se esconde una cantidad monumental de cables.
Conectar el receptor a los altavoces, el subwoofer, la consola, un ordenador y la pantalla puede convertir el espacio detrás del mueble en la pesadilla de cualquier persona. Este desorden no solo es desagradable visualmente, sino que puede comprometer la ventilación de los equipos y convertir cualquier futura actualización en un auténtico suplicio.
La simplificación es el primer paso para poner orden.
Antes de nada, valora qué fuentes de vídeo y audio son verdaderamente necesarias. Quizás esa consola antigua o aquel reproductor multimedia que el nuevo televisor ha dejado obsoleto pueden desconectarse definitivamente.
Una vez hecha esta selección, es hora de arremangarse. Utiliza bridas o, mejor aún, cintas de velcro reutilizables para agrupar los cables por función. Por un lado, los cables de alimentación; por otro, los HDMI que van de las fuentes al receptor; y por otro, el grueso mazo de cables de los altavoces. Aquí, el etiquetado es tu mejor aliado. Marcar cada cable de altavoz (frontal izquierdo/derecho, central, surround, subwoofer) en ambos extremos te salvará de futuras confusiones. Haz lo mismo con las entradas HDMI de tu receptor AV (Consola, PC, TV).
Mobiliario y refrigeración para tu receptor AV
El receptor AV es el corazón de todo el sistema, donde convergen todas las señales. También es uno de los componentes que más calor genera, junto con los amplificadores de sonido dedicados si los tuvieras. Por ello, necesitas un soporte que aguante el peso y ofrezca suficiente profundidad para el chasis del receptor y para la masa de cables que se conectará en su parte trasera.
Lo más importante es la ventilación. Encajonar un receptor AV o un amplificador en un nicho de aire sin salida es una receta para el sobrecalentamiento y la reducción de su vida útil. Así que procura un mueble con la parte trasera abierta, estantes perforados o incluso con ventiladores silenciosos integrados.
No olvides el subwoofer, que con su propio cable de alimentación y su cable de señal LFE hacia el receptor, a menudo se ubica separado del conjunto principal, exigiendo una ruta de cableado propia que también debe ser gestionada.
Ocultando el cableado de altavoces y pantalla
Uno de los mayores retos en una instalación de sonido envolvente es qué hacer con los cables de los altavoces laterales y traseros. Cruzar el salón con cables a la vista no es una opción para la mayoría. Afortunadamente, existen soluciones muy pulcras.
Si estás en fase de obra o no te da miedo una pequeña intervención, la opción más limpia es utilizar cable de altavoz con certificación para empotrar en pared (marcado como CL2 o CL3). Para situaciones menos engorrosas, las canaletas adhesivas son perfectas. Se pueden colocar discretamente sobre los zócalos y pintar del mismo color que la pared para que prácticamente desaparezcan. Incluso existen cables de altavoz planos y adhesivos que se pueden pegar a la pared y pintar encima.
Para la conexión principal entre el receptor AV y el televisor o proyector, las reglas son las mismas que para los cables de alimentación: nunca pases un cable de corriente por dentro de un tabique. Utiliza siempre un kit de alimentación empotrable para la pantalla, garantizando una instalación segura y conforme a la normativa.
Opción inalámbrica
Evítalo siempre que puedas, ya que toda instalación inalámbrica tiene pérdidas de señal por la propia infraestructura inalámbrica. Pero en instalaciones más complejas, sobre cuando tienes un proyector en el techo o cuando el equipo lo tienes en una habitación contigua, la tecnología inalámbrica puede ser una bendición.
Existen transmisores de HDMI sin cables que pueden enviar la señal de vídeo desde el receptor AV al proyector sin necesidad de una tirada de cable de más de 10 metros, que puede ser costosa y complicada de instalar.
También, cada vez más marcas de altavoces lanzan altavoces de sonido envolvente inalámbricos que solo necesitan un enchufe y reciben la señal de audio desde una unidad central o desde el propio receptor. También existen kits que pueden convertir tu subwoofer pasivo en uno inalámbrico, dándote total libertad para colocarlo en el punto óptimo de la sala sin preocuparte por el cable.
Para manejar todo este conjunto de aparatos (receptor, televisor, consola, ordenador, reproductor), un mando a distancia universal programable es lo ideal. Centraliza el control de todas las funciones en un solo mando, despejando la mesa y haciendo el uso diario del sistema una tarea mucho más sencilla.
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