Hace apenas unos días circuló la noticia de que Sony estaba preparando una revisión interna de la PS5 Pro bajo la referencia CFI-7121, con documentación que apuntaba a un posible lanzamiento en Europa el 30 de septiembre y con 2 TB de disco. Sin embargo, lo que finalmente ha llegado al mercado europeo no es esa variante de alto almacenamiento, sino una nueva versión de la PS5 Slim que, para sorpresa, reduce la capacidad del SSD sin mover ni un euro sobre su tarifa habitual.
El modelo analizado corresponde a la serie CFI-2116 y fue comprado en Alemania por el divulgador tecnológico Austin Evans:
La nueva PS5 Slim trae cambios en su interior y en la carcasa
La revisión presenta un SSD físico de 825 GB frente al 1 TB que ofrecía la anterior versión Slim, pero mantiene el mismo precio de venta de 499 €. En términos prácticos esto deja la capacidad utilizable en cifras similares a las de la PS5 original de 2020 -esa unidad de 825 GB ofrecía alrededor de 667 GB a disposición del usuario-, mientras que el modelo intermedio con SSD de 1 TB aportaba cerca de 848 GB utilizables. Es decir, la nueva edición devuelve el almacenamiento nominal a la cifra inicial de lanzamiento, sin que ello vaya acompañado de una bajada de precio.
Externamente la consola mantiene la línea Slim que se conocía, es decir, no hay unidad de disco y su estética es próxima a la versión digital anterior, aunque con acabado mate en lugar del brillo que lucía el primer diseño.
En el desmontaje del YouTuber se aprecia un heatpipe distinto, una cubierta del ventilador completamente de plástico y una placa base aligerada. El peso oficial informado para esta versión es de unos 2,4 kg, aproximadamente 100 g menos que la anterior PS5 Slim.
Lo que esto deja a los usuarios
¿Por qué rebajar la capacidad mientras se mantiene el mismo precio y por qué coexistirán en el mercado dos modelos con la misma etiqueta pero distinta capacidad interna? Una hipótesis es que Sony podría estar aprovechando existencias de viejos SSD o componentes, o bien aplicando cambios de suministro que no se anuncian al cliente final. Otra lectura podría ser que la compañía prefiere evitar la complejidad de diferentes precios en las tiendas y mantiene una política de homogeneidad de costes a costa de variaciones internas.
Para el jugador medio, la diferencia más palpable será el espacio para instalar juegos. Con tamaños de títulos AAA que no dejan de crecer -y que a menudo ocupan decenas de gigas en una sola instalación-, pasar de 1 TB a 825 GB puede obligar a gestionar la instalación de títulos con más frecuencia o a añadir soluciones de almacenamiento externo. Conviene recordar que el espacio utilizable real siempre es menor que la cifra nominal del SSD, por lo que la comparativa entre modelos no siempre es evidente mirando solo el número bruto de gigas en la ficha técnica.
Además, esta llegada coincide con una reciente subida de precios que se ha observado en varias regiones, incluyendo Europa, Australia, Nueva Zelanda y el Reino Unido, y que más tarde afectó al mercado estadounidense.
En términos de rendimiento no se han encontrado cambios por parte de los primeros desmontajes y pruebas; las modificaciones parecen estar orientadas a la gestión térmica y a la reducción de costes en piezas internas.