El ciclo natural de la vida cerró la puerta tras de sí para llevar al descanso eterno a uno de los que fueran los más grandes innovadores del campo tecnológico del siglo XX y XXI, Steve Paul Jobs, quién dejó está vida carnal a la prematura edad de 56 años, estampando su huella en la historia y corazón de la humanidad con un legado de logros, tecnología, y una compañía que nos seguirá recordando quien fue en vida aquel carismático ser, compañía que nació en un garaje en 1976 como algunas otras de la época y que hoy amasan grandes logros y fortunas; ser el cual recibió honrosamente una medalla del presidente estadounidense Ronald Reagan en el año 1985, reconocimientos de la revista Fortune como el hombre de negocios más poderoso del mundo en 2007, y empresario de la década en 2009; ser humano al igual que tú o yo, padre de familia, geek y empresario por naturaleza.
Progenitor de Apple junto a Steve Wozniak, quién quedo sin aliento al conocer sobre su deceso; padre del iPod, iPhone, y iPad, que tanto disfrutamos muchos hoy en día; despedido con palabras que llevan el lamento al viento universal por parte de amigos, conocidos, «enemigos», fanáticos, y desconocidos; ser que inspiró positivismo durante su desgracia, y que afrentó a la muerte cara a cara esgrimiendo una sonrisa de aceptación y sosiego; gran ejemplo para muchos y mentor de otros tantos.
Una despedida y pesar que se suma al lamento del mencionado Steve Wozniak, Bill Gates, Barack y Michelle Obama, su rival corporativa Samsung, la familia Sony, Mark Zuckerberg, Larry Page, Tim Cook y la familia Apple, una gran parte del resto de las corporaciones mundiales, los medios de prensa, los millones de usuarios, nosotros los expertos en tecnología, los Apple fan boys, y gran parte del mundo entero.
¡Hasta siempre Steve Paul Jobs!, tu legado queda con nosotros hoy, mañana, y siempre.