Cuando un nuevo dispositivo móvil es mencionado oficialmente, todos queremos echarle mano en la hora cero de su llegada al mercado, muchos asegurándonos con la respectiva reserva del mismo, o acudiendo a las tiendas el mismo día del lanzamiento, pero de una u otra forma, amamos las innovaciones tecnológicas, sobre todo cuando de smartphones se trata.
El iPhone 4S tenía a casi todo el mundo entero metido en el bolsillo muchísimo antes de su llegada (aunque todos esperaban un iPhone 5 realmente), pero si algo nos ha enseñado Apple, es a no confiar en sus nuevos dispositivos al ciento por ciento cuando están recién estrenados, ya que casi siempre presentan algún fallo, que no supone una perdida económica, ya que la compañía reconoce siempre sus errores y brinda el soporte necesario a los usuarios para la solución del problema, pero sí una incomodidad absoluta.
