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¿Puede un imán dañar el móvil o PC?

  • Durante años, escuchamos que los imanes pueden producir daños a los dispositivos electrónicos
  • ¿Cuánto hay de cierto en esto, y en qué circunstancias se da el riesgo de deterioros graves?

En torno a los smartphones y computadoras actuales hay todo tipo de leyendas, algunas más verdaderas que otras. Como consecuencia de los mitos que existen alrededor de ellos, y teniendo en cuenta que varios pueden afectar directamente al uso, repasamos qué hay de cierto en que un imán puede dañar al móvil o PC, por qué se ha difundido esta creencia, y cómo deberíamos lidiar con la idea según nuestras circunstancias personales.

Lo primero que debemos decir en este sentido es que la preocupación por los imanes es histórica, no tan reciente. Muchos podrían pensar que se trata de un temor infundado, pero las evidencias son sólidas como para justificarlo. Dicho esto, tampoco queremos que entres en pánico ni que el miedo te paralice, sino sólo que consideres cada aspecto relacionado con esta hipótesis, y cómo deberías controlar la exposición tecnológica a los imanes.

En materia de imanes, todo es cuestión de intensidad

En cualquier caso, la clave está en que la dosis hace al veneno. Y así como a diario consumimos pequeñísimas cantidades de sustancias que en otros volúmenes pueden ser mortales, la misma lógica incide en los imanes.

El asunto es que un enrutador WiFi, por poner un ejemplo, trabaja en la misma frecuencia que un microondas, dado que ambos se mueven en el rango de longitud de onda de 2,4Ghz, el más habitual para estos equipos.

Pero su potencia final y la energía que necesitan es diferente, y básicamente con eso tenemos que quedarnos. Mientras un microondas puede calentar un vaso de agua en menos de un minuto, podrías exponer este líquido a tu router WiFi durante años y años, y no llegaría a elevar su temperatura ni siquiera un grado centígrado.

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Un imán no podrá dañar a tu móvil ni a tu PC a menos que suelas moverte en entornos peligrosos

Con los imanes pasa algo parecido, y se resume en que la mayoría de esos imanes con los que convivimos son muy débiles. Lo suficientemente fuertes para realizar la tarea que se les ha encomendado, pero débiles en esencia.

Prácticamente nadie se expone, en el día a día, a imanes y electroimanes de neodimio que podría provocar resultados devastadores para smartphones y computadoras. A menos claro, que estés en entornos industriales.

Entonces, ¿cuáles son las probabilidades de dañar el móvil o PC?

Si tu PC tiene un disco duro magnético tradicional, y no un disco de estado sólido más nuevo, queda una mínima posibilidad de que un imán de gran capacidad pueda deteriorarlo. Sin embargo, ese potencial es extremadamente pequeño y, a menos que hayas colocado un gran imán de neodimio cerca del disco duro o que hayas dejado tu PC muy cerca de un desmagnetizador industrial, no tienes por qué irte intranquilo a dormir por la noche.

Los demás imanes de tu vivienda, puedes estar seguro, ni siquiera se aproximan a la fuerza de los del disco.

En el caso de los teléfonos inteligentes las cosas no cambian demasiado, ya que la ecuación es la misma. Principalmente, porque éstos ni siquiera tienen medios magnéticos como los viejos discos duros.

Sólo son situaciones excepcionales aquellas que pueden complicarnos, como al exponer el teléfono a imanes más poderosos. Esto es más probable que exponer un portátil, pero aún así sigue siendo un evento poco común.

Por otro lado, las exposiciones recurrentes como al anillo magnético MagSafe no producen generan fallos.

En síntesis, un imán no hará daño a tu móvil ni a tu PC a menos que suelas moverte en entornos peligrosos.


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