Nvidia ha hecho una inversión de 5000 millones de dólares en acciones de Intel, compradas a 23,28 dólares por título, operación que situaría a la compañía de GPUs en torno al 4% del capital de Intel. La compra forma parte de un acuerdo más amplio entre ambas empresas para desarrollar varias generaciones de procesadores tanto para centros de datos como para ordenadores personales.
El anuncio provocó una reacción inmediata en la cotización de las acciones de Intel, que se recuperó con fuerza en la sesión tras conocerse la noticia. En el premercado de la jornada de hoy, INTC presentaba un aumento entorno al 30%. Eb la apertura, INTC cotizaba $ 31,78 y llegó alcanzar los $ 32,38. En estos momentos, su precio es de 32,06 dólares, con un aumento del 28%.
NVLink y chiplets combinados
El núcleo técnico del acuerdo es la integración entre CPU y GPU mediante NVLink, la interfaz de alta velocidad de Nvidia que permite transferencias de datos y señales de control más rápidas que los estándares PCI Express.
Intel se compromete a fabricar CPUs x86 personalizadas para las soluciones de computación acelerada de Nvidia destinadas a centros de datos, mientras que en el mercado de consumo diseñará sistemas en chip x86 que incorporen chiplets de las GPUs RTX de Nvidia.
Estos SoC, llamados provisionalmente “SoC x86 RTX”, pretenden ser una solución compacta donde los elementos de cálculo y gráficos convivan más cerca que hasta ahora, con una interconexión pensada para cargas pesadas de IA y tareas gráficas.
Consecuencias para la oferta de hardware y la competencia
El resultado podría ser una familia de productos que compita directamente con las APU y otras soluciones integradas en portátiles y servidores. Al combinar chiplets de CPU x86 y GPU RTX unidos por NVLink, las máquinas podrían beneficiarse de un mayor ancho de banda y menor latencia entre procesador y gráfica, algo crítico en despliegues donde varias GPU trabajan de forma conjunta o donde los modelos de IA requieren mucho tráfico de datos.
Además, Intel fabricará CPUs de centro de datos adaptadas a estas necesidades y las comercializará como productos propios, lo que añade una capa comercial a la cooperación técnica. Todo ello podría darle a Intel una vía para recuperar presencia en segmentos ligados a la demanda de IA, mientras que Nvidia se asegura de acercar su tecnología de aceleración a la arquitectura x86 dominante en PCs.
La operación coincide con una inyección de capital reciente que ha reforzado la liquidez de Intel –procedente del gobierno estadounidense, SoftBank y de esta propia inversión de Nvidia- y le da un colchón para impulsar proyectos de diseño y fabricación.