Chainlink ha presentado ACE, un motor de cumplimiento automatizado diseñado para facilitar la participación de grandes inversores en activos digitales.
Lejos de quedarse en la función de oráculo, Chainlink quiere derribar las barreras regulatorias que hasta ahora han frenado el desembolso de fondos tradicionales. Con ACE, los operadores financieros podrán verificar identidades digitales, aplicar normas predefinidas y mantener la confidencialidad cuando sea necesario, todo mediante un sistema modular y estandarizado.
Un puente técnico y normativo
La alianza con organismos como GLEIF y Apex Group, así como la adopción del estándar ERC-3643, convierte a ACE en una solución global. Al aprovechar identidades reutilizables, la red de Chainlink ofrece un entorno en el que los operadores de bonos tokenizados, fondos de inversión y bancos pueden desarrollar transacciones con garantías de control y trazabilidad.
La aspiración detrás de esta herramienta es notoria, pues pretende tender los puentes necesarios para canalizar unos 100 billones de dólares de capital procedente de entidades financieras tradicionales.

Según datos de un estudio de LexisNexis, las instituciones en Norteamérica gastaron más de 60 000 millones de dólares en 2023 para satisfacer obligaciones legales. Con ACE, esas instituciones podrán centralizar esos cumplimientos en un único repositorio de normas, accesible para todos los participantes autorizados y sin multiplicar verificaciones ni auditorías internas.
Costos y adopción institucional
El cofundador Sergey Nazarov apunta que, gracias a este motor, los contratos inteligentes sobre activos digitales serán más ágiles y menos gravosos que en entornos tradicionales. Numerosos fondos y bancos han empezado a tokenizar acciones, bonos y bienes inmuebles, pero se han limitado por incertidumbres legales.
ACE ofrece la llave técnica para que esas emisiones avancen con total transparencia, evitando interpretaciones subjetivas de las reglas. En la práctica, cada token podrá llevar adjunta una “hoja de ruta” legal, un conjunto de directrices que controle automáticamente su circulación conforme a regulaciones locales. Esto permitirá que las criptomonedas vean un mayor respaldo institucional, sin renunciar a la fluidez propia de la cadena de bloques.
Mientras, el precio de LINK está en 13,13 dólares, con un ligero retroceso del 1,85 % en las últimas 24 horas.