Sennheiser ha dado a conocer sus nuevos auriculares HDB 630. Este modelo circumaural y de diseño cerrado, ofrece hasta 60 horas de funcionamiento continuo, incluso con la cancelación de ruido activada, lo que permite despreocuparse de la batería durante días. La recarga completa toma dos horas, pero si el tiempo apremia, una carga rápida de apenas diez minutos da hasta siete horas de escucha.
El núcleo de estos HDB 630 reside en sus transductores de 42 mm. Cuando se conectan mediante el puerto USB-C, son capaces de reproducir un espectro de frecuencias que va desde los 6 Hz hasta los 40 kHz, brindando un sonido completo. En conexiones analógicas o Bluetooth, el rango se mantiene en 6 Hz a 22 kHz. La calidad de la transmisión inalámbrica se apoya en códecs como aptX HD y aptX Adaptive, que buscan minimizar las pérdidas perceptibles y preservar el detalle de las grabaciones, acercándose a la nitidez del estudio.
La afinación acústica de este modelo ha sido meticulosamente ajustada. En comparación con otros perfiles de la marca, el HDB 630 opta por una sintonía más neutra y refinada. Los graves (subgraves y medios-graves) se describen como rápidos y controlados, evitando el efecto de «enmascaramiento» que a veces opaca los detalles vocales. Y los medios dotan a las voces de realismo. Finalmente, los agudos añaden una sensación de espacio y aire, gracias a un ajuste antes de los 10 kHz, sin llegar a ser ásperos. Técnicamente, estos transductores electrodinámicos presentan una impedancia activa de 480 Ω, un nivel de presión sonora de 105 dB (a 1 kHz/0 dBFS) y una distorsión armónica total inferior al 0,2 % (a 1 kHz/100 dB SPL), cifras que respaldan esa búsqueda de limpieza de sonido.
Sennheiser HDB 630: Aislamiento activo y claridad en las llamadas
Para garantizar la inmersión, los HDB 630 incorporan un sistema de cancelación de ruido (ANC) Híbrido Adaptativo. Esto permite un aislamiento equilibrado, ya sea en un viaje o caminando por la ciudad, sin mermar la calidad del audio. En el apartado de comunicación, cuentan con cuatro micrófonos MEMS apoyados en tecnología beamforming, que se encargan de aislar la voz del usuario del ruido ambiental, proyectándola con nitidez incluso si hay viento o movimiento.
En cuanto a las conexiones, el usuario puede optar por la libertad del Bluetooth 5.2, recurrir al cable de audio analógico de 3,5 mm (incluido, de 1,20 m y desmontable) o utilizar la conexión USB-C para audio digital sin compresión (cable C-to-C de 1,20 m también incluido). Sennheiser incluye de serie el transmisor Bluetooth BTD 700, permitiendo una transmisión de hasta 96kHz y 24 bits, con una latencia ultrabaja, de solo 30 milisegundos, lo que lo hace especialmente útil para sincronizar audio en películas o videojuegos.
La personalización del sonido se gestiona a través de la aplicación Sennheiser Smart Control Plus, que incluye un ecualizador avanzado para adaptar la escucha a las preferencias personales. Y su precio de venta recomendado es de 500 euros.