La historia de los préstamos DeFi

El DeFi de bajo riesgo puede ser la opción que sostenga la economía de Ethereum

La comunidad que gravita alrededor de Ethereum ha vivido durante años con una tensión evidente entre dos tipos de aplicaciones: por un lado, las que generan volumen económico suficiente para mantener la actividad financiera y, por otro, las que persiguen objetivos técnicos o sociales que atraen a desarrolladores y usuarios por razones ideológicas o utilitarias.

En la práctica, estas dos vías rara vez coincidían. Un conjunto de proyectos basados en tokens y en incentivos temporales captó la mayor parte del tráfico y las comisiones, mientras que iniciativas orientadas a servicios no puramente financieros -identidad, privacidad, mercados de predicciones o redes sociales descentralizadas– han sido interesantes desde el punto de vista técnico pero han movido muy poca economía real.

Esa disparidad convirtió a la comunidad en un campo de debate continuo sobre cuál debía ser la prioridad y cómo lograr un equilibrio que no fuera sólo una quimera teórica.

Una propuesta pragmática para ingresos sostenibles de Ethereum

La propuesta de Vitalik Buterin ahora sostiene que existe una categoría de finanzas descentralizadas (DeFi) con riesgo contenido que puede cumplir a la vez una función social y una económica: pagos y ahorro accesibles a escala global, además de instrumentos como activos sintéticos y préstamos sobrecolateralizados.

Este conjunto de servicios no es llamativo como espectáculo, pero sí tiene la virtud de ser útil inmediatamente para millones de personas que hoy no confían en los canales tradicionales. A diferencia del frenético comercio especulativo y de las campañas de incentivos de antaño, las operaciones de baja volatilidad incluyen flujos de capital más predecibles y usos cotidianos -mover dinero, custodiar valor, intercambiar entre monedas o acceder a tipos competitivos- que, si se consolidan, aportan volumen y pagan comisiones de manera estable. Pensemos en ello como una actividad de base: no es lo más excitante del bar, pero es lo que mantiene el local abierto.

El escepticismo hacia DeFi no nació de la nada. En las fases iniciales, la combinación de errores en contratos, dependencias inseguras y oráculos vulnerables hacía que los usos responsables fueran prácticamente inviables; por eso predominaban las estrategias que prometían retornos altos para compensar el peligro.

Además, el entorno regulatorio ha empujado a que muchas soluciones sencillas y transparentes se interpreten como productos con riesgo legal, lo que desincentiva su adopción masiva. No obstante, la madurez técnica ha avanzado. Los protocolos han endurecido controles, las auditorías y la ingeniería han mejorado y, aunque persisten riesgos de cola, hay una porción del tejido operativo que se muestra notablemente robusta.

Para buena parte de la población global, los riesgos asociados a las finanzas tradicionales -donde la opacidad y la politización del crédito pueden ser comunes- son ya comparables o incluso peores que algunos de los riesgos en cadena. La transparencia automática y las reglas ejecutadas por código ofrecen, en muchos casos, una alternativa sólida y verificable.

Coherencia cultural y caminos de crecimiento

Un rasgo atractivo de estas DeFi de bajo riesgo es que encajan con las aspiraciones que motivaron a gran parte de la comunidad: acceso sin permisos, interoperabilidad y una economía con reglas públicas. Al mismo tiempo, no obliga a la red de nivel base a concesiones que empujarían hacia centralizaciones indeseadas: puede operar sin presionar a la capa de base para optimizaciones que beneficien exclusivamente a operadores de alta frecuencia.

Además, las utilidades financieras que se consolidan hoy crean condiciones para desarrollos ulteriores. Sistemas de crédito parcial basados en reputación, mercados de predicción que sirvan de cobertura en carteras combinadas, o monedas estables basadas en cestas de valor y índices de precios que ofrezcan alternativas al dólar.

Precio Ethereum

Mientras Vitalik Buterin argumenta su postura sobre cómo las DeFi de bajo riesgo pueden mantener la sostenibilidad de financiera de la red Ethereum, el precio de ETH ha comenzado la jornada con una bajada entorno al 6%, pasando de unos $4450 a $4080 en cuestión de horas. En estos momentos, intenta mantenerse dentro del lateral.

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