T-FORCE Vulcan Z 1 TB: Análisis de un SSD 2,5″ para dar nueva vida a tu PC

TeamGroup continúa ampliando su catálogo de discos de almacenamiento con su conocida familia T-FORCE, orientada a los aficionados a los videojuegos y al hardware de alto rendimiento. En esta ocasión, tenemos sobre nuestra mesa de pruebas el T-FORCE Vulcan Z en su versión de 1 TB, una unidad de estado sólido con formato tradicional de 2,5 pulgadas y la interfaz SATA III para ofrecer una mejora en cualquier tipo de ordenador, ya sea de sobremesa o portátil.

El fabricante lo presenta como una opción para quienes quieren mejorar la velocidad de su PC de una manera sencilla, efectiva y económica, sin necesidad de optar por las interfaces más modernas como los PCIe Gen4 y PCIe Gen5.

Para ello, esta unidad hace uso de memorias flash 3D NAND y está dotada de un mecanismo de caché SLC inteligente, con el objetivo de agilizar las operaciones de lectura y escritura. Con un diseño atractivo y un grosor de apenas 7 milímetros, este SSD se postula como una alternativa directa para actualizar equipos o para añadir almacenamiento rápido y fiable. A lo largo de este análisis comprobaremos su rendimiento y veremos si cumple con las prestaciones que TeamGroup muestra: hasta 550 MB/s en lectura secuencial y hasta 500 MB/s en escritura secuencial.

Embalaje

El Vulcan Z llega en una caja compacta de color negro con un toque rojo en la esquina superior izquierda y una foto del propio SSD ocupando la mayor parte del frontal. El motivo gráfico del producto -la gran T de T-FORCE sobre un patrón repetido- se reproduce tanto en la imagen de la caja como en la etiqueta superior del propio disco. En la esquina superior derecha figura claramente la capacidad, “1 TB”.

La parte trasera está aprovechada para información técnica en varios idiomas: además del español aparecen secciones en inglés, alemán, japonés, chino, ruso y otros. En la ventana central se llega a ver gran parte de la etiqueta del modelo (T253TZ001T0C101), como el número de serie y el código de barras, junto a las certificaciones habituales (RoHS, FCC, CE) y la leyenda “Made in Taiwan”.

A la derecha aparecen las especificaciones impresas en la caja: interfaz SATA Rev. 3.0 (6 Gb/s), alimentación +5V, rango de temperatura de funcionamiento y los valores máximos de rendimiento que anuncia el fabricante (lectura hasta 550 MB/s y escritura hasta 500 MB/s), además de la mención de la garantía limitada de 3 años y un pequeño recordatorio para comprobar la política de garantía en la web del fabricante mediante un código QR.

Laterales de la caja:

En el interior la unidad viene protegida por un blíster de plástico transparente que la mantiene inmóvil y visible sin necesidad de abrir la caja. No se incluyen tornillos ni accesorios, algo habitual en este formato de 2,5″ que suele limitarse a la propia unidad.

El TEAMGROUP T-FORCE Vulcan Z de 1TB

Como decía antes, el T-FORCE Vulcan Z mantiene un diseño atractivo y compacto, en línea con lo que se espera de un SSD SATA de 2,5 pulgadas. Su carcasa tiene un acabado gris oscuro mate, con el logotipo de T-FORCE en el centro y un patrón repetido con el nombre de la marca que recorre toda la superficie superior. La textura del material transmite sensación de solidez y el conjunto se siente bien ensamblado, sin holguras ni ruidos al manipularlo. No hay elementos decorativos innecesarios ni iluminación LED, lo que lo convierte en una unidad discreta y apropiada tanto para equipos de sobremesa como para portátiles.

En la parte inferior encontramos una etiqueta blanca con la información técnica básica: modelo, capacidad, número de serie, código QR, así como las certificaciones de conformidad. También aparece la advertencia de “Warranty void if removed”, indicando que retirar la etiqueta anularía la garantía. La interfaz SATA y el conector de alimentación están bien alineados y sin rebordes, lo que facilita su instalación en cualquier bahía estándar de 2,5″.

En el interior nos encontramos con una placa de circuito simple pero bien organizada. En ella destacan dos chips de memoria NAND de tipo 3D, identificados como “ATMB122D0GGAA”, y el controlador principal, un Silicon Motion SM2259XT2, bastante utilizado en unidades SATA sin DRAM. Este controlador se encarga de la gestión del flujo de datos entre las celdas NAND y el sistema, y su rendimiento está optimizado para mantener velocidades sostenidas dentro de los límites de la interfaz SATA III. Al no incluir memoria caché DRAM dedicada, el Vulcan Z recurre a la tecnología HMB (Host Memory Buffer) apoyándose en la RAM del sistema cuando el sistema operativo y la configuración lo permiten, una solución eficiente para mantener costes y consumo ajustados sin sacrificar estabilidad.

El chip pequeño colocado en el centro de la placa es el controlador del SSD y es la pieza que realmente «manda» sobre cómo se gestionan los datos dentro de la unidad. Es de Silicon Motion, lo que encaja con la arquitectura habitual de unidades SATA económicas pero bien resueltas. Su ubicación céntrica y la traza de pista hacia los chips NAND indican que concentra tanto la lógica de control como las interfaces de potencia y señal necesarias para mantener la unidad operativa de forma estable.

Además de su función básica, este controlador soporta el algoritmo de almacenamiento en caché SLC inteligente para entregar velocidades de transmisión ultrarrápidas, hasta 4× más rápidas que los discos duros tradicionales, lo que ayuda a ofrecer escenas de vídeo fluidas. También es compatible con la tecnología S.M.A.R.T. para el monitoreo del estado del SSD y con Windows TRIM para mantener el rendimiento con el tiempo, y las funciones de ECC y nivelación de desgaste incorporadas proporcionan un espacio seguro y fiable para los datos.

El diseño de la placa deja claro que se trata de un producto centrado en la fiabilidad. Los componentes están distribuidos de forma equilibrada, con los elementos de regulación eléctrica situados cerca del conector SATA y un número moderado de condensadores y resistencias que evidencian una construcción limpia.

Pruebas

Para las pruebas de rendimiento del SSD T-FORCE Vulcan Z de 1TB se llevaron a cabo en un sistema de pruebas:

• Procesador: Intel Core i7 14700K
• Gráfica integrada en la CPU: Intel Graphics 770
• Refrigeración CPU: Corsair H60x RGB Elite
• Placa base: Asus TUF Gaming B760M-Plus WiFi
• Memoria RAM: T-FORCE XTREEM ARGB DDR5 32GB (2x16GB) 6400MHz
• SSD T-FORCE G70 PRO M.2 2280 PCIe Gen4x4 SSD 1TB
• Sistema operativo: Windows 11 Home 64 bits – 24H2
• Fuente de alimentación: Sharkoon Rebel P10 de 750W
• Carcasa: Sharkoon AK4W RGB Strip

La evaluación del rendimiento del SSD T-FORCE Vulcan Z de 1TB se realizó empleando la metodología propia de cada uno de los programas de testeo cuyas capturas de pantalla se han analizado previamente, incluyendo CrystalDiskMark, SMART de TeamGroup, AS SSD Benchmark y AIDA64 Disk Benchmark. Los resultados obtenidos son:

Con CrystalDiskMark (ejecución con archivo de 1 GiB) la prueba secuencial (SEQ1M Q8T1) arroja 549,89 MB/s en lectura y 510,85 MB/s en escritura, cifras muy próximas a las especificadas por el fabricante. En operaciones aleatorias con cola y subprocesos (RND4K Q32T1) se alcanzan 271,96 MB/s en lectura y 284,67 MB/s en escritura; pasando a IOPS, alcanza valores de alrededor de casi 66400 IOPS en lectura y 69500 IOPS en escritura en las mediciones 4K, lo que sitúa al disco en una zona capaz de responder con agilidad ante accesos pequeños y concurrentes.

Observando el comportamiento a nivel de salud y estado mediante CrystalDiskInfo, la unidad aparece con un 100 % de salud y una temperatura de trabajo de 36 ºC en las lecturas registradas. Los contadores de uso muestran solo cuatro ciclos de encendido, datos que indican que la unidad está prácticamente nueva.

En el caso de AS SSD, esta ha obtenido un rendimiento algo más conservadores, pero coherentes: secuencial de 515,67 MB/s lectura y 479,53 MB/s escritura; las pruebas 4K marcan 21,21 MB/s en lectura y 55,09 MB/s en escritura, mientras que en 4K con múltiples hilos (4K-64Thrd) la lectura llega a 168,10 MB/s.

Los tiempos de acceso medidos por AS SSD son bajos -0,219 ms en lectura y 0,182 ms en escritura-, lo que se traduce en una sensación de respuesta notablemente mejor que la de un disco duro mecánico y que beneficia acciones cotidianas como arrancar el sistema o abrir aplicaciones.

Con la herramienta TeamGroup S.M.A.R.T., los datos muestran rendimientos secuenciales muy cercanos a lo que habíamos visto con CrystalDiskMark y AS SSD: lectura secuencial Q8T1 en torno a los 488–512 MiB/s y escritura secuencial Q1T1 entre 416–491 MiB/s, con las variaciones esperables entre subpruebas (Seq1M, Seq8M).

Pasando a IOPS, los saltos entre Q32T1 y Q1T1 son debido a las colas largas para aprovechar la paralelización de la NAND, mientras que en cola 1 la medición refleja la latencia y la capacidad de respuesta inmediata. De nuevo evidencia que está más enfocado para usos como arranque del sistema o apertura de aplicaciones.

La gráfica de AIDA64 muestra el comportamiento típico de un SSD con una capa de caché SLC: al comienzo del test la velocidad de escritura se mantiene en valores altos -con picos cercanos a 447 MB/s- para luego sufrir caídas hasta valores muy bajos cuando la caché se agota, y recuperarse en ráfagas cuando el controlador vuelve a gestionar bloques y liberar espacio.

En la captura se aprecia una media de 180,4 MB/s, un máximo de 447,4 MB/s y un mínimo de 33,2 MB/s; el bloque de prueba era de 8 MB.

Interpretando esos números en términos prácticos, el comportamiento implica que tareas como arranque del sistema, carga de aplicaciones y copia de ficheros no masivos se beneficiarán de las ráfagas de alta velocidad que entrega la caché SLC. Pero, en contra, las copias masivas de vídeos o archivos de gran tamaño la velocidad se reducirá.

En conjunto, las pruebas confirman lo que promete la hoja técnica: la unidad se mueve cerca del límite de la interfaz SATA III y muestra un comportamiento consistente entre distintas herramientas. El Vulcan Z entrega velocidades secuenciales próximas a las anunciadas y un rendimiento 4K y en IOPS que sitúan la unidad muy por delante de un disco duro mecánico, especialmente en tareas que implican muchos accesos pequeños. Para el perfil al que va dirigido -sistemas de sobremesa y portátiles que requieren una actualización asequible para acelerar arranques, carga de programas y trabajo con ficheros- las cifras son más que suficientes.

Valoración final

El T-FORCE Vulcan Z de 1 TB se presenta como la alternativa sensata para quien quiera dar el salto desde un disco mecánico o renovar un equipo con un presupuesto ajustado.

En las pruebas mostró el perfil típico de un buen SSD SATA, picos secuenciales muy cercanos al techo de la interfaz -alrededor de 540-550 MB/s en lectura y 500-510 MB/s en escritura. La presencia de una caché SLC queda patente en la curva de AIDA64, proporcionando agilidad en tareas diarias y tiempos de carga reducidos.

Considerando su precio de poco menos de 60 euros (unidad de 1 TB), la relación coste/prestaciones es muy competitiva. Por ese importe se obtiene una capacidad amplia, velocidades cercanas a las máximas de SATA III y garantías y certificaciones sólidas. Si tu uso consiste en instalar sistema operativo, juegos, editar documentos, trabajar con máquinas virtuales ligeras o sustituir un HDD en un portátil, el Vulcan Z resulta una compra recomendable.