- Son muchos los aspectos desde los cuales pueden discutirse las criptomonedas
- Repasamos algunos de los Incentivos de mercado y efectos adversos que las rigen
- ¿Cuál es el objetivo de la nueva criptoeconomía poscapitalista? ¿Será fácil alcanzarlo?
Si estás más o menos inmerso en este mundo, probablemente ya sepas que son muchos los aspectos desde los cuales pueden discutirse las criptomonedas. Analizamos una crítica poscapitalista a la criptoeconomía que plantea ciertas debilidades de estos nuevos sistemas financieros y hasta qué punto esos detalles resultan claves.
Y es que, al proponer una desviación de las teorías criptoeconómicas predominantes que gobiernan los ecosistemas blockchain, se intenta establecer un marco novedoso para protocolos de consenso ahora descentralizados. Contrariamente a los marcos predeterminados, éstos tienen algunas ventajas y desventajas que considerar.
Crítica poscapitalista a la criptoeconomía: tres cuestiones a considerar
Incentivos de mercado y efectos adversos
La criptoeconomía es el uso de la informática y las pruebas criptográficas para garantizar resultados económicos. Mayormente, estos protocolos se basan en las cadenas de bloques. Como Bitcoin, Ethereum y otros, que aplican la criptoeconomía cuando incentivan los sistemas con recompensas de minería de Prueba de trabajo o participación.
El principal problema de la criptoeconomía actual es que se ha aprovechado para teorizar el desarrollo de protocolos y las experiencias de los usuarios de forma que se supone que las personas son individualistas que maximizan sus ganancias y que, al buscar su propio interés, este comportamiento es racional y se repetirá siempre en el futuro. Dentro de la criptoeconomía, todos deberían tener una conducta propia de las reglas del juego… ¿o no?
Al operar con criptomonedas, es natural comprar barato y vender caro con el menor riesgo personal posible. Esto ayuda a habilitar incentivos de mercado perversos donde las oportunidades de arbitraje y liderazgo generan externalidades y ocurren a expensas del resto de la red y el bienestar de la comunidad basada en el producto.
Economía de tokens y abstracción impulsada por las ganancias
Otro ejemplo es la economía de tokens, un modo criptoeconomía que se abstrae de las consideraciones de protocolo. Las tecnologías de contabilidad distribuida y los protocolos de consenso descentralizados son demasiado importantes para que las personas y el planeta los dejen en manos del interés propio Es muy necesaria una intervención para promover una alternativa para que se puedan construir protocolos y aplicaciones que promuevan valores.
Marco capitalista y sesgo en el desarrollo
Claro que todo esto es coherente en una sociedad basada en el capitalismo y en los mercados, en la que compradores y vendedores se despluman unos a otros para ganar más… o al menos para poder sovbrevivir.
El individualista, el defensor actual de la criptoeconomía, podría poner los ojos en blanco antes de replicar que la lucha del individuo por la riqueza personal ha reducido la pobreza en general y, por lo tanto, la maximización de ganancias ha hecho más bien que mal. Esta es una visión liberal consistente con la teoría del contrato social.
Sin ir más lejos, la teoría de la justicia de John Rawls preveía que un resultado justo elevaría la posición de los menos favorecidos en la sociedad a una posición mejor. Lo hizo a través de un experimento mental de “velo de ignorancia” en el que se le pide a un individuo que imagine los principios que usaría para una estructura básica social, paradójicamente sin saber de antemano qué posición ocuparía en esa sociedad.
La elección se hace detrás de un “velo de ignorancia” que les impide conocer su propia raza, clase, género o estatus. Esta misma teoría sostiene que se puede mejorar la posición de los menos favorecidos en la sociedad y, al mismo tiempo, aumentar la brecha entre los ricos y los pobres. Por eso hay que intervenir en pos de sociedades justas.
Conclusiones
El objetivo de la nueva criptoeconomía poscapitalista es aumentar el bienestar de los menos favorecidos, minimizando finalmente la brecha entre ricos y pobres, poderosos y débiles, etc,; mientras impulsan finanzas orientadas a la solidaridad, sin clases, autogestionaria y directamente democrática. Por supuesto, no será fácil.
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