La idea de una identidad digital que proteja la privacidad mediante pruebas de conocimiento cero (ZK proofs) gana terreno a pasos agigantados, pero parece que existen potenciales riesgos.
Proyectos como los pasaportes ZK o el mismo World ID, que ya supera los 10 millones de usuarios, prometen validar nuestra humanidad sin airear datos personales. A simple vista, parece la solución perfecta para blindar servicios en línea contra bots y manipulaciones sin sacrificar el anonimato. Sin embargo, Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum, ha puesto el dedo en la llaga, argumentando que este modelo, aunque atractivo, acarrea serios peligros.
En un análisis detallado, Buterin concede que el blindaje ZK ataja importantes problemas, como la violación del principio de mínimo privilegio, donde para demostrar que eres mayor de edad acabas entregando tu identidad completa.
Con las pruebas ZK, un servicio solo verifica lo estrictamente necesario. Pero, el verdadero meollo del asunto y los riesgos más profundos, según Vitalik, surgen de la aspiración a mantener una única identidad por persona. Esta restricción, lejos de ser una fortaleza, podría convertirse en un talón de Aquiles con graves consecuencias para la libertad individual y la seguridad. Es una cuestión que va más allá de si el sistema se basa en biometría o en un pasaporte; el problema reside en la centralización de nuestra existencia digital en un solo punto verificable.
La trampa de una única cuenta y la presión externa
El seudonimato práctico, ese que muchos usuarios utilizan en su día a día con cuentas alternas para diferentes facetas de su vida, quedaría en jaque. Buterin expone que en la vida real, tener varios perfiles es una forma de protección y expresión. Un sistema estricto de «una persona, una cuenta», incluso protegido con la criptografía más avanzada, nos acerca a un escenario donde toda nuestra actividad en línea queda vinculada, de facto, a una identidad pública. Se pierde la capacidad de operar de forma anónima o bajo un alias, una herramienta de protección en un entorno digital con peligros en aumento.
Además, la tecnología ZK por sí sola no es un escudo contra la coerción. ¿Qué impide que un gobierno o un empleador (jefe) exija a una persona que revele su secreto criptográfico para visualizar toda su actividad? Buterin recuerda que ya existen casos, como el gobierno estadounidense pidiendo acceso a las redes sociales de solicitantes de visado.
Si una única llave abre todas tus puertas digitales, la presión para entregarla puede ser inmensa. En estas situaciones, las ventajas de privacidad de la tecnología ZK se desvanecen, pero la desventaja de tener una identidad única y centralizada permanece, exponiendo al individuo de manera integral ante quien ostente el poder para exigir esa revelación. Tampoco soluciona problemas no vinculados a la privacidad, como los fallos inherentes a cualquier sistema de identificación: personas apátridas, documentos falsificados o biometrías dañadas.
Camino alternativo que él mismo llama “identidad pluralista”.
Lo resumimos en sus tres principios:
- Curva de coste cuadrático (N²): En lugar de un sistema “uno por persona” (coste constante) o de un modelo puramente económico (coste lineal, N identidades por coste N), propone un esquema donde obtener N identidades cueste aproximadamente N². De este modo, multiplicar cuentas se vuelve progresivamente más caro, disuadiendo ataques de gran escala, pero sin llegar a imponer un único registro que anule el seudonimato.

- Pluralismo explícito e implícito:
- Explícito: Basado en grafos sociales, donde cada usuario demuestra su humanidad a través de relaciones mutuas (por ejemplo, Circles). Así se puede acumular reputación diversa y crear seudónimos respaldados por la comunidad, sin depender de una autoridad central.
- Implícito: Consiste en aceptar múltiples proveedores de identidad (pasaportes ZK, Google, redes sociales, etc.) de tal manera que nadie alcance el 100 % del mercado. Cuantas más credenciales posea un usuario, más arduo es adquirir la siguiente, generando una curva de coste práctica similar a la cuadrática.

- Diseños resistentes a la coacción y errores: Buterin sugiere integrar cómputos multipartitos para la generación de cada identificador, de modo que ni usuarios ni servicios puedan, por sí solos, reconstruir la vinculación completa. Esto complica que una entidad externa exija revelar todas las identidades de alguien y refuerza la tolerancia a fallos (por ejemplo, múltiples vías de acreditación para quienes carecen de pasaporte o biometría).
Aunque no ofrece un protocolo listo para desplegarse mañana, sí establece un marco conceptual que combina ZK‑ID, estructuras sociales descentralizadas y economías de coste cuadrático. Su invitación final es a combinar los sistemas “uno por persona” con esquemas de grafos sociales, generando una red de identidades rica, resistente y menos sujeta a monopolios de emisión.
Vitalik sobre el proyecto World
A raíz de su análisis, Vitalik Buterin opina sobre el proyecto World, liderado por Sam Altman, comentando que aplaude el uso de escaneos del iris y ZK para blindar la privacidad, pero advierte que su exigencia de una única identidad global puede resultar contraproducente.
Según él, la idea de que el iris de cada individuo genere un hash irremplazable conduce a un control excesivo: quienes administran la red podrían, con suficiente presión, obligar a un usuario a revelar su semilla y de ese modo correlacionar todas sus interacciones.
El autor remarca además que la asunción de “uno por persona” ignoraría la realidad de las múltiples ciudadanías o de usuarios apátridas. En contextos de elevado riesgo -como regímenes autoritarios o ambientes de conflicto- restringir la posibilidad de disponer de varios alias digitales puede poner en peligro a activistas, periodistas o ciudadanos vulnerables. Por ello propone la solución parcial, basada en cálculos multipartitos donde la creación de cada identificador requiera la participación activa del servicio, reduciría el riesgo de coacción, aunque reconoce que esto sigue dejando abiertas puertas a abusos.
La acumulación de Ethereum por parte de las “ballenas”
Mientras prosigue el debate sobre la identidad digital, en los mercados de criptomonedas se observa que las direcciones con grandes tenencias de Ether han elevado su volumen a más de 22 millones de ETH, un 27 % del total en circulación.
Galaxy Digital confirmó una inyección de 73 millones de dólares en adquisiciones, reflejo de una confianza que se ha traducido en una subida del 11,5 % en solo siete días.
También, Lorniko, analista en redes sociales, comenta que el “dinero emocional” se mantiene expectante, aunque las señales técnicas auguran un posible viraje al alza. Joseph Lubin, fundador de Consensys, comenta que esta acumulación es como la antesala de un ciclo bursátil alcista, tal como ocurrió en 2017 y 2021. Además, la reducción de fondos en exchanges y el aumento de las comisiones de red -un 130 % más- apuntan a mayor actividad institucional en DeFi.
Algunos expertos especulan con un próximo “shock” de escasez si la tendencia persiste, lo que podría desencadenar fuertes movimientos en el precio por encima de los $ 3000.