El intercambio OKX está valorando salir a bolsa con una oferta pública (OPI, IPO en inglés) de acciones en Estados Unidos, indica The Information en su más reciente informe. Esta posibilidad llegó tras su regreso al mercado estadounidense en abril de 2025, cuando reactivó sus servicios de intercambio y de custodia de criptomonedas y abrió una sede regional en San José, California. A la vez, OKX nombró a Roshan Robert, exdirectivo de Barclays Investment Bank, como responsable ejecutivo local.
Estas decisiones vienen tras aprobarse la Ley GENIUS y, así, ajustarse a las normativas de Estados Unidos, con rigurosos procesos de identificación de usuarios y controles reforzados para operar conforme a las leyes federales y estatales.
La repercusión en el valor de OKB, token de OKX, no se hizo esperar: en la actual jornada escaló un 5 % hasta situarse alrededor de los 55 dólares, justo cuando el índice general del mercado caía poco más de un 3 %. No obstante, poco a poco ha ido perdiendo esa subida hasta situarse prácticamente al precio de la jornada, cerca de los $50.
Según un analista citado por The Information, OKX podría optar por una “cotización fraccionada”, un método similar al que estaría estudiando Binance US. Este plan se suma a otras compañías del sector que han pisado la bolsa recientemente: Circle salió a bolsa hace un par de semanas. El caso contrario, Tether, que por el momento ha dicho que no quieren salir a bolsa.
El regreso de OKX a EEUU forma parte del cambio en el cumplimiento legal, tras un acuerdo con el Departamento de Justicia en febrero de este año que implicó multas superiores a 500 millones de dólares por atender clientes estadounidenses sin autorización.
En marzo, la empresa pausó temporalmente ciertos servicios de intercambio descentralizado para solucionar fallos de seguridad. De cara al exterior, completó su adaptación al reglamento de Mercados de Criptoactivos (MiCA) en la Unión Europea y contrató a un nuevo director jurídico en su sede global. Por cierto, estas medidas han reforzado su credibilidad frente a los reguladores y ahuyentado recelos de inversores institucionales.